Colegios que no quieren Wi-Fi

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ESCUELAS DE ASTURIAS, CATALUÑA Y EUSKADI RECLAMAN LA CONEXIÓN POR CABLE ANTE LA NOCIVIDAD DE LAS ONDAS
Coles que no quieren Wi-Fi

Interviu.es 28/5/2012

Colegios de varias comunidades se han unido para reclamar la desaparición de las redes Wi-Fi de sus aulas. Con recomendaciones europeas y estudios científicos en la mano, aseguran que las ondas electromagnéticas perjudican la salud de estudiantes y profesores. Prefieren estar conectados a internet por cable.


Los niños están sometidos a esa frecuencia mucho tiempo y a distancia mínima" dice un portavoz escolar






Zonas libres de radiación
 Itxazo Briz, directora de la Lezo Herri Eskola, el único colegio de Euskadi que no tiene instalada una red Wi-Fi. El Gobierno vasco expulsó al centro del Proyecto Escuela 2.0.












                                   una de las mediciones de alta frecuencia
                                            que realiza Joan Carles López,
                                                              de la empresa Cigahertz.




 Texto: Ana Montes
Están en autobuses, bibliotecas, bares, hoteles, colegios y hogares. Las redes Wi-Fi se expanden como el aire, incluso por debajo del pavimento urbano con servicios inteligentes como internet inalámbrico. Queremos vivir conectados, pero a la vez hay centros educativos y padres que reclaman desinstalar el Wi-Fi de las aulas, bibliotecas y museos, dejando esas áreas libres de electromagnetismo.
La normativa española sobre redes inalámbricas es una de las más permisivas de Europa. Según Fernando Pérez, vicepresidente de la Fundación para la Salud Geoambiental y coordinador técnico de Escuelas Sin Wifí, "rebasa más de 4.500 veces las recomendaciones internacionales de la comunidad científica. El drama es que el límite de contaminación electromagnética es legal, por eso las batallas no prosperan".
Hay estudios que señalan la nocividad para el organismo de estas ondas que emiten a 2.400 megahercios -como un microondas doméstico, aunque a menor potencia-. Incluso la OMS clasificó, el 31 de mayo de 2011, estas radiaciones como "posiblemente cancerígenas para humanos". Además de cáncer, pueden provocar fibromialgia, fatiga crónica y electrohipersensibilidad -una enfermedad ya reconocida en Suecia y Estados Unidos-, amén de hiperactivi-dad y falta de concentración.
Aunque la OMS no se pronunciará de nuevo hasta 2015, las resoluciones europeas piden a los Estados atenerse al principio de precaución sobre esta tecnología, sustituyendo las redes inalámbricas por el cable. Pese a ello, en España no se ha hecho, y el Proyecto Escuela 2.0, en marcha desde 2009, ha llenado de Wi-Fi, pizarras digitales y microordenadores los centros, sin dar la posibilidad de acogerse a esta digi-talización educativa mediante cable o fibra óptica.
Algunos profesores han plantado cara al Wi-Fi. El docente Miquel Roselló fue diagnosticado como electrohipersensible por dos expertos, su médico de cabecera -Miguel Solans Ezquerra- y el doctor Fernández Sola. Roselló empezó a experimentar síntomas cuando trabajaba en un instituto piloto en nuevas tecnología en Tarragona (con Wi-Fi, Wimax, etcétera), anterior al Proyecto Escuela 2.( Desde entonces, tiene una batalla con la Administración. "Pido una adaptación en mi lugar de trabajo -explica-y no estar expuesto en todo momento a las 84 antenas que conté en el instituto. Pero me lo han denegado, igual que la incapacidad porque esto es una patata caliente para la Administración, que no quiere sentar un precedente por miedo a recibir otros muchos casos de profesores afectados".







Experto
El doctor Joaquín Fernández Sola, uno de los principales expertos en nocividad electromagnética.












SÍ AL CABLE
Cuando sustituyeron los fijos por móviles, Wi-Fi y 3G. "Yo ya no puedo ir a ningún sitio público con Wi-Fi. A los diez minutos me quema la cabeza y me quedo sin fuerzas, veo mal" dice esta experta en el tema y en mediciones
También la guipuzcoana Lezo Herri Eekola dijo no al Wi-Fi en sus aulas. Este rechazo le supuso ser expulsada del Proyecto Escuela 2.0 por el Gobierno vasco. Ahora está a la espera del dictamen del Defensor del Pueblo del País Vasco. "Somos la única escuela pública vasca que no tiene Wi-Fi -comenta la directora, Itxaz Briz- porque éramos conocedores de los estudios sobre su nocividad, que han motivado que varias escuelas francesas ya lo estuvieran quitando. Solo tenemos le ordenadores del primer año. Después, nos expulsaron.Y ahora tenemos que afrontar solos el cableado del centro (5.000 euros por aula) y la dotación de ordenadores lo cual discrimina a nuestros alumnos al no respetar el Gobierno vasco el principio de autonomía del centro, que solo se ha ceñido al 'principio de precaución'. Me han vendido Escuela 2.0 como si fuera inicio de la alfabetización tecnológica en la escuela, y no es verdad. Lo importante debe ser la puesta en valor de las nueve tecnologías, no la forma de conexión".
El Colegio Público Lateorro, de Llodio: (Álava), miembro con 17 centros de la plataforma Kablearen Alde (A Favor del Cable), tiene el sí para cablear y prescindir del Wi-Fi en uno de sus dos edificios "Pero después de una recogida de firmas -dice la presidenta del AMPA, Alie Solavera- en la que estuvieron a favor 198 familias, más de la mitad, en la práctica no me ha valido para nada y seguimos conectados al Wi-fi las 24 horas".
"La 'Memoria de este centro -añade Solavera- recoge su interés por abordar el aumento de casos de hiperactividad y déficit de atención, actúalmente 3-4 casos por aula; pero no toma en cuenta que estos síntomas que están asociados a la radiación electromagnética podrían ser la causa. Se podría medir la incidencia de este problema en el edificio radiado por Wi-Fi y en el que no lo tiene. Pero nos dicen que si los niños están más nerviosos de lo normal es por cómo los educamos".
Asunción Laso, coordinadora de la Plataforma Estatal contra la Contaminación Electromagnética, habla de otro centro insumiso en Valladolid, del que no quiere dar más datos. Esta electrohipersensible, como su hija -afectadas mientras residían en Alemania-, observó que los síntomas de la niña, que habían desaparecido en España, volvían en forma de falta de concentración "hasta niveles preocupantes"cuando su colegio instaló dos puntos de acceso a Wi-Fi. Su exitosa lucha para quitarlo hizo que "a los diez días sin Wi-Fi la niña empezara a normalizarse". "Los padres creen -explica Laso- que el Wi-Fi es inocuo porque también lo tienen en casa; pero los del colegio no son 'routers' domésticos, son antenas de hiperfrecuencias. Dicen que son de baja potencia, pero pueden dar cobertura a más de 25 portátiles y a la zona exterior al centro. Poner una antena en cada colegio para las teleoperadoras es magnífico y si en cada uno hay de cinco a diez puntos de acceso, mejor, porque refuerza la red inalámbrica de la zona", alerta.
La Escuela Pública de Primaria El Martinet, de Ripollet (Barcelona), ha conseguido quitar este año el Wi-Fi de sus aulas tras un año y medio de debate y después de encargar un informe técnico de contaminación electromagnética. "El informe -comenta Manel Martínez, representante del consejo escolar- confirmó que las antenas Wi-Fi tenían una intensidad bastante grande, porque eran 'routers'más potentes que los domésticos". "Los niños -explica Joan Carles López, experto en geobiología y biohabitabilidad- están sometidos a esa frecuencia durante mucho tiempo, a una distancia mínima de los armarios
donde se cargan los ordenadores y las pizarras digitales, que radian a 1,20-1,50 metros, la altura de la vista de los niños. Y lo peor, además de la antena Wi-Fi, que suele estar en el cuarto de los profesores, y por eso muchos tienen dolor de cabeza, es que en el edificio hay un repetidor en cada planta y cuando la antena emite, su radio de acción se solapa con la acción de todos los niños de la clase que en ese momento estén conectados haciendo descargas, radiación que aumenta con esta acción porque la antena está conectada. Si se hiciera una medición en el aula en ese momento, sería de 1.800 a 2.000 microvatios por metro cuadrado". Lo normal sería menos de 0,1.
También en el Colegio Público Maestro Casanova, de Cangas de Narcea (Asturias), se oponen al Wi-Fi. "Está todo preparado -dice un responsable-. Después de la campaña de recogida de fondos, nos va a costar más de 2.000 euros dos aulas. El ayuntamiento lo abaratará poniendo los electricistas municipales. Por ahora, nuestro centro solo enciende el Wi-Fi cuando lo necesita, para no radiar innecesariamente las 24 horas a los alumnos".

Apoyo municipal 
Niños del Colegio público Maestro Casanova, de Cangas de Narcea (Asturias) simbolizan el deseo de su escuela de conexión a internet mediante cable. El ayuntamiento facilitará electricistas municipales para abaratar el coste del cableado.

Plataforma escolar
 Por ahora son pocas las escuelas que han reclamado la desaparición de redes inanlámbricas. Sus portavoces piensan que el desconocimiento sobre la nocividad de las ondas evita que haya más centros contrarios.





Rubén García, presidente de los padres del colegio Maestro Casanova, de Cangas de Marcea (Asturias).









 La mayoría, con antenas
La llegada de las nuevas tecnologías a las aulas provocó una instalación masiva de antenas para conexión sin hilos en los colegios. En la imagen, un grupo de niños estudia con tabletas electrónicas.

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