INTRODUCCION

Cualquier tecnología suficientemente avanzada no se puede distinguir de la magia.

The Lost Worlds of 2001 - Arthur C. Clarke


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domingo, 22 de noviembre de 2015

Métodos de diagnóstico de la hipersensibilidad

Métodos de diagnóstico de la hipersensibilidad electromagnética: exámenes metabólicos y genéticos




Examen metabólico y genético de las personas con hipersensibilidad electromagnética como un método fiable de Diagnóstico e Intervención
Por Chiara De Luca, Jeffrey Chung Sheun Thai, Desanka Raskovic, Eleonora Cesareo, Daniela Caccamo, Arseny Trukhanov, y Liudmila Korkina
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 Resumen
Un número cada vez mayor de personas en todo el mundo presentan Hipersensibilidad Electromagnética (EHS), cuyos síntomas son discapacidad severa, problemas multiorgánicos y otros síntomas no específicos, cuando se exponen a campos electromagnéticos de baja frecuencia, a menudo asociados con Sensibilidad Química Múltiple (SQM) y otras enfermedades medioambientales relacionadas con la sensibilidad (SRI). Este grupo de personas que sufren trastornos inflamatorios crónicos siguen careciendo de unos mecanismos patogénicos válidos, de unos biomarcadores de diagnóstico y de una directrices de gestión. Partimos de la base de que estas enfermedades de origen medioambiental no tienen solamente un origen psicógeno [Referido a manifestaciones en general patológicas, cuyo origen no reside en una lesión orgánica sino en un trastorno psíquico], sino que compartirían problemas de estrés físico-químicos comunes. En base a anteriores estudios de Sensibilidad Química Múltiple (MCS), hemos evaluado 12 parámetros relacionados con el potencial redox en la sangre y de los sistemas metabólicos y el polimorfismo en genes de las enzimas que metabolizan fármacos, en 153 personas con Hipersensibilidad Electromagnética, 147 con Sensibilidad Química Múltiple y un grupo de control formado por 132 personas, confirmando alternaciones en el metabolismo del glutatión (GSH) en el grupo con Sensibilidad Química Múltiple (P > 0,05- 0,0001), Glutatión-peroxidasa/S-transferasa y la actividad de la catalasa en los eritrocitos.
En primer lugar, confirmamos, aunque más leves, alteraciones metabólicos en los pro-oxidantes/alteraciones proinflamatorias en las personas con Hipersensibilidad Electromagnética, con una mayor proporción de oxidación en el plasma de la coenzima Q-10. Un severo agotamiento de los ácidos grasos poliinsaturados de la membrana de los eritrocitos, con un aumento de la relación ω6/ω3 confirmada en las personas con MCS, pero no en las personas con EHS. También se identificaron significativas alteraciones (P=0.003) de las variantes CYP2C19*1/*2 SNP en los EHS y con un riesgo 9,7 veces mayor (OR: 95% C.I.=1,3–74,5) de desarrollar hipersensibilidad electromagnética para el haplotipo (nulo)GSTT1 + variantes (nulo)GSTM1. En conjunto, los resultados para los grupos con SQM y EHS confirman nuestra propuesta de realizar un examen metabólico de la sangre y los biomarcadores genéticos como medio de diagnóstico de las enfermedades SRI.
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 1. Introducción
El término hipersensibilidad electromagnética, o también electrosensibilidad (EHS), hace referencia a un cuadro clínico caracterizado por un complejo conjunto de síntomas que se producen normalmente tras la exposición a campos electromagnéticos (CEM), incluso por debajo de los niveles de referencia recomendados y que remiten tras un completo aislamiento a estos campos [1,2]. Los factores desencadenantes que con más frecuencia se enuncian son las videopantallas, radios, televisiones, instalaciones eléctricas, campos electromagnéticos con rangos de frecuencia muy bajos o radiofrecuencias, incluyendo la denominada electricidad sucia debido a un mal aislamiento de los cables eléctricos y líneas telefónicas, dispositivos inalámbricos, lámparas de bajo consumo, fluorescentes, aparatos con motores, fotocopiadoras, transmisores por microondas (teléfonos móviles) y líneas eléctricas de alta tensión ( revisado en [3,4]). La electrosensibilidad se caracteriza por una amplia gama de síntomas en diferentes órganos no específicos, que implican procesos inflamatorios agudos y crónicos, afectando a los sistemas gastrointestinal, respiratorio, nervioso, cardiovascular, musculo-esquelético y la piel, y en la mayoría de los casos no se encuentran signos patológicos orgánicos, excepto manifestaciones en la piel (revisado en [2,5]).
Se han realizado muchos esfuerzos para determinar si hay una relación causal entre la exposición a los CEM y los síntomas observados, tratando de identificar los mecanismos biológicos plausibles que subyacen en este síndrome ( para una revisión, ver [2,6,7]]. A pesar del mayor número de evidencias que se van reuniendo, tanto de estudios in vitro en modelo animales, como los datos recogidos de casos y controles realizados en seres humanos mediante ensayos a doble ciego tratando de correlacionar la exposición a los CEM y los síntomas, los resultados se encuentran todavía sometidos a controversia científica [8-10]. Hoy en día todavía hay muchas lagunas en nuestros conocimientos sobre la Hipersensibilidad Electromagnética, que muy a menudo queda relegada por la comunidad científica o confinada dentro del marco de la mera etiología psicógena [11,12]. Ante el desconocimiento de los mecanismos patogénicos para la aparición de la hipersensibilidad electromagnética, no se han establecido hasta ahora tratamientos seguros y eficientes para los pacientes en ninguna parte del mundo [13,14].
Sin embargo, está aumentando el número de personas con hipersensibilidad electromagnética, sobre todo en los países europeos [15,17], con síntomas que a menudo les incapacitan tanto a nivel profesional como social, pacientes que a veces tienen que dejar su casa y su trabajo para residir en lugares libres de contaminación electromagnética. Debido al enorme impacto socioeconómico que puede general el síndrome de Hipersensibilidad Electromagnética, la Organización Mundial de la Salud ha dedicado una considerable atención a la EHS, reconociendo esta condición y recomendando que a las personas que pudieran estar afectadas por estos síntomas se les realice un examen integral de su estado de salud [18].
Existen similitudes clínicas y frecuente comorbilidad entre la EHS y otros síntomas multisistémicos inexplicables de origen ambiental, como son la Sensibilidad Química Múltiple (MCS), la fibromialgia (FM), el síndrome de fatiga crónica (SFC), el síndrome del edificio enfermo, el síndrome de los veteranos de la Guerra del Golfo, enfermedad de las amalgamas, a las que la EHS está asociada a menudo [19,20], lo que ha inducido a muchos autores a planear la hipótesis de que estas intolerancias ambientales idiopáticas (IEI), que más ampliamente también se definen como enfermedades relacionadas con la sensibilidad (SRI), puedan compartir determinantes moleculares genéticos y/o metabólicos, relacionados con una incapacidad para deshacerse de los xenobióticos ( para una revisión, ver [19,22]). Nuestro grupo ha comprobado que hay un grupo de parámetros alterados en la sangre: enzimas relacionadas con el potencial redox y dexintoxicante, antioxidantes de bajo peso molecular y marcadores de oxidación, ácidos grasos poliinsaturados de las membranas y otros patrones, específicamente las citoquinas proinflamatorias y compatibles con la MCS [23]. Recientemente, hemos contribuido a una cuestión todavía abierta, la de los patrones del polimorfismo genético asociados con una propensión a la MSC, estableciendo un patrón de alteraciones genotípicas del citrocromo P450, isoenzimas CYP2C9, CYP2C19 y CYP2D6, como factores de riesgos para sufrir esta dolencia, además de ser potencialmente capaces de discriminar diferentes hipersensibilidades transmitidas por los factores ambientales (MCS, FM y SFC), dependiendo de las combinaciones específicas de los alelos mutados [24].
Nuestra hipótesis de trabajo en este estudio fue que la EHS, según lo propuesto anteriormente para la MCS y otras SRI medioambientales [19,22], puede deberse también a una respuesta anormal a los xenobióticos químicos con los que se entra en contacto a través del medio aéreo y otros medios de exposición, debido a una disfunción heredada del sistema de defensa adquirido, es decir, la red interrelacionada de la fase I y II y las enzimas metabolizadoras de xenobióticos y antioxidantes [19]. En base a los anteriores estudios que hemos realizado sobre la MCS, FM y SFC, tratamos de evaluar si los perfiles similares de disfunciones metabólicas o genéticas se podían encontrar en los sujetos con síntomas de EHS. Para este propósito, se midieron las posibles alteraciones de un conjunto de parámetros identificados del potencial redox y de los lípidos presentes en la sangre y las frecuencias de las variantes genéticas sufridas por un conjunto de enzimas metabolizadoras de fármacos y factores de transcripción, con importantes funciones de detoxificación de xenobióticos físicos y químicos, en un grupo de 153 pacientes con síntomas de EHS, que también en la mayoría de los casos mostraban síntomas de MCS. Los resultados se compararon con 147 pacientes con MCS pero sin síntomas de EHS y un grupo de control formado por 132 sujetos sanos emparejados por edad y sexo, todos ellos de nacionalidad italiana.
2. Materiales y métodos […]
3. Resultados
3.1. Anamnesis y estilo de vida
Entre los campos electromagnéticos reconocidos como factores desencadenantes en el grupo de los 153 pacientes que mostraron síntomas de EHS, los producidos por las videopantallas y televisores formaban el grupo más numeroso ( el 75% de los pacientes), seguidos de los teléfonos móviles y las líneas fijas (53%) y por los aparatos domésticos (48%), mientras que el 25% de la población electrosensible estudiada no especificaba ningún factor específico desencadenante. Los patrones de la exposición potencial a campos electromagnéticos situados en el interior se pueden inferir del análisis de la características ocupacionales en el grupo de pacientes EHS, que se describen en la Fig. 2.
La distribución porcentual de las enfermedades de órganos concomitantes (comorbilidad) en la cohorte de pacientes de EHS, como los obtenidos por la evaluación clínica de la anamnesis, se presenta en la Figura 3 (a). El índice masa corporal (IMC) en el grupo de los pacientes EHS oscilaba entre 15 y 37 (media ± SD: 23,3 ± 5,06), mientras que en el grupo de MCS sin electrosensibilidad, había un 20% de pacientes con sobrepeso (IMC: 25,00-29,99), un 11% de obesos (IMC: 30,00-34,99), un 2% con obesidad severa (IMC: 35.00-39.99), un 11% con bajo peso (IMC: 18,49 a 16,00), y los pacientes con un peso normal eran el 56% (IMC: 18,50-24,99). La Figura 3 (b) muestra la distribución en tantos por cientos de la otras enfermedades SRI, relacionadas con la hipersensibilidad electromagnética en la cohorte de pacientes que manifestaban padecer EHS, donde el 52,7% de los casos de MCS y el 42 % de los casos de MCS sospechosos, mostraban una clara predominancia del 94,7% de sujetos con síntomas de sensibilidad química, dentro de los pacientes que afirmaban poseer síntomas de EHS.
En la Figura 4, se representan los principales síntomas cutáneos o de enfermedades específicas registradas por medio de una entrevista anamnésica, evidenciando la notable prevalencia de dermatitis aguda o eczema crónico ( ambos síntomas atribuibles a diversas etiologías) entre los pacientes que decían parecer EHS, mientras que en el grupo de MCS sin electrosensibilidad la urticaria y picazón (atribuible a diferentes etiologías) representan los resultados más comunes.
3.2. Parámetros metabólicos en la sangre
Los biomarcadores que pueden indicar electrosensibilidad, en comparación con la sensibilidad química múltiple sin manifestaciones de EHS y los valores correspondientes de los mismos parámetros sanguíneos en el grupo de control, se muestran en las Figuras 5 a 8.
Un total de 12 parámetros metabólicos enzimáticos y no enzimáticos relacionados con el potencial redox se midieron en la sangre de los 153 pacientes de EHS, 147 pacientes con MCS sin EHS, y en los 132 pacientes sanos y emparejados por sexos y edad. La Figura 5 muestra las respectivas alteraciones de las cuatro actividades enzimáticas estudiadas en el grupo de EHS y grupo con MCS, en comparación con los valores del grupo de control (P< 0.0001), sin diferencias significativas entre los subgrupos de pacientes (Figura 5 (a)). Una mayor actividad del glutatión peroxidasa (GTX) se observó en los eritrocitos del grupo EHS y de forma más marcada en el grupos de pacientes con MCS, frente al grupo de control (P< 0,05 y P< 0,001, respectivamente) (Figura 5 (b)), lo cual también se comprobó en la actividad Cu/ZnSOD en los eritrocitos del grupo MCS frente al grupo de control (P< 0,0001). Mientras que los pacientes de EHS mostraron sólo una tendencia al aumento de la actividad ( frente a MCS) (Figura 5 (c)). Por último, la Figura 5 (d) muestra la actividad de la catalasa en los eritrocitos, observándose una disminución en los pacientes http://www.hindawi.com/journals/mi/2014/924184/fig6/#cEHS y MCS, en comparación con el grupo de control, aunque sólo se observan unos valores estadísticamente significativos en el grupo MCS (P< 0,0001), como ya se dijo anteriormente [23].
La Figura 6 describe la alteración de los niveles en sangre de cuatro parámetros relacionados con el potencial redox de bajo peso molecular que pueden establecerse como biomarcadores de la presencia de EHS, en comparación con el MCS sin otras complicaciones y el grupo de control formado por pacientes sanos. Los niveles de las formas de glutatión reducido (GSH) y oxidado (GSSG) (datos mostrados en la Figura 6 (a) sólo para GSH) se redujeron considerablemente en los eritrocitos (RBC) de las personas con hipersensibilidad ambiental, EHS y MCS, en comparación con los sujetos del grupo de control (GSH P< 0,0001 para ambos grupos; GSSG P< 0,001 y P< 0,0001 respectivamente, para EHS y MCS). También la proporción de GSSG/GSH ( Figura 6 (b)), indicando el grado de oxidación relativa del marcador de glutatión de los eritrocitos, mostrando una tendencia a su aumento en los dos subgrupos de pacientes frente al grupo de control, aunque los datos son muy dispersos como para tengan valor estadístico.
Los niveles plasmáticos de la coenzima Q-10 y alfa-tocoferol muestran una tendencia al agotamiento similar en ambos subgrupos de pacientes frente al grupo de control. La Figura 6 (c) informa de los resultados de ubiquinol (CoQ10H2, la forma reducida de la coenzima Q10), que junto con los niveles totales de CoQ-10 (reducida+ forma oxidada) y de alfa-tocoferol ( no se muestran ambos grupos de datos), mostraron una tendencia similar de reducción para el grupo EHS, así como los subgrupos de MCS, en comparación con el grupo de control, aunque carece de significación estadística. De hecho, encontramos un mayor porcentaje de coenzima Q-10 (relación CoQ10-oxidada/total-CoQ10) significativa frente al grupo de control en pacientes de EHS, no confirmado para los pacientes de MCS, como se indica en la Figura 6 (d).
Aunque se registró una tendencia al aumento de los valores en sangre de la quimioluminiscencia (CL) y una disminución de los niveles de la capacidad plasmática antioxidante total (TAC) para ambos subgrupos de pacientes frente al grupo de control, las diferencias fueron insuficientes para llegar a tener significación estadística / datos no mostrados). El aumento de los niveles de NO2-/NO3– en el plasma sanguíneo de los pacientes de MCS obtenidos en nuestro anterior estudio [23] no se confirmaron en este nuevo subgrupo MCS, así como en el grupo EHS del presente estudio, respectivamente, con un promedio o inferior a los valores del grupo de control ( datos no mostrados).
Dado que la mayoría de los datos metabólicos anteriores son similares para los subgrupos EHS y MCS, se realizaron los perfiles de los ácidos grasos en un subgrupo más limitado de pacientes, que respondían a todos los criterios de diagnóstico. Los perfiles representativos de la fracción de fosfolípidos presentes en las membranas de los eritrocitos se muestran en la Figura 7 y la Figura 8. El análisis comparativo de los perfiles de ácidos grasos (FA) en las membranas de los eritrocitos de los 3 subgrupos estudiados mostraron niveles elevados de la fracción de ácidos grasos saturados y monoinsaturados (SFA) para ambos grupos de pacientes hipersensibles al medio ambiente ( Figura 7 (a)) y empobrecimiento de los niveles de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) (Figura 7 (b)), con ambos parámetros estadísticamente significativos en pacientes MCS en comparación con el grupo de control, mientras que el grupo EHS difería sensiblemente con MCS, mostrando una leve tendencia en la alteración de los patrones de ácidos grasos frente al grupo de control. Con más detalle, los porcentajes de omega-6 FA linoleico (18:2ω6), alfa linolénico (18:3ω6), araquidónico (C20:4ω6) y el docosahexaenoico omega-3 de FA (C22:6ω3) (figuras 8(a)8(d)) fueron más bajos que los valores de control en cohortes EHS y MCS, aunque la clara significación estadística para el grupo MCS ( P< 0,05,001 para los cuatro parámetros) fue confirmada en los pacientes de EHS sólo para la fracción de ácido linoleico (Figura 8 (a)). Finalmente, la proporción de ácidos grasos poliinsaturados ω6/ω3 en las personas electrosensibles era prácticamente igual a la del grupo de control, mientras que los pacientes MCS mostraron unos valores significativamente crecientes frente al grupo de control y EHS, como se señala en la Figura 7 (c).
3.3 Parámetros genéticos
Los principales resultados de los análisis del genotipo de un grupo de enzimas de desintoxicación, obtenidos en los grupos EHS, MCS y grupo de control, se ilustran en la Tabla 1. Previamente se había comprobado en la población de MCS una frecuencia significativamente mayor frente al grupo de control de un alelo mutado homocigótico y un genotipo heterocigótico CYP2C19, con una mayor frecuencia del alelo *2 en la forma homocigótica y heterocigótica [24], que aquí comparamos frente a un grupo de isoenzimas CYP previamente investigadas en el grupo EHS frente al grupo de MCS, estudiado previamente. Las frecuencias genotípicas de las variantes del citocromo P450 CYP2C19 SNP en los grupos de EHS y MCS demostraron que los genotipos CYP2C19*1/*1 y CYP2C19*1/*2, *2/*2 diferían con una clara significación estadística entre los grupos EHS y MCS. Otros polimorfismos del gen estudiado CYPs (CYP2C9 y CYP2D6), así como las variantes del receptor hidrocarburo aril Arg554Lys, mostró una distribución de frecuencias similares en EHS y MCS ( datos no mostrados).
Las frecuencias genotípicas de las isoenzimas de glutatión S-transferasa (GST) GSTP1, GSTM1 y GSTT1, se encontraron que no eran significativamente diferentes en MCS frente a la población sana del grupo de control [23], lo que se comparó con los datos obtenidos de 127 pacientes de EHS frente a 68 sujetos del grupo de control. Se observaron diferencias estadísticamente significativas de GSTP1 en la frecuencia de GSTP1*A, GSTP1*B, o GSTP1*C en las variantes homocigóticas y heterocigóticas entre los grupos EHS y de control (Tabla 1).
El análisis estadístico de la distribución de isoenzimas de GSTM1 y GSTT1, mostró diferencias estadísticas entre homocigótico + heterocigótico y nula presencia de las variantes del genotipo en GSTM1, ni en GSTT1, cuando se analizaron de forma independiente. Al contrario, el combinado GSTM1 (*0/*0) + GSTT1 (*0/*0) mostró nulas diferencias en los genotipos (un 13%, frente a un 15%, respectivamente), en pacientes EHS frente a los sujetos del grupo de control, confiriendo a este asociación variantes genéticas con 9,7 veces de mayor riesgo (OR: 95% C.I. = 1.3–74.5) de EHS en comparación con otras combinaciones de GSTM1 y GSTT1 de los genotipos examinados (Tabla 1).
Referencias: Consultar el artículo original
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En conclusión:
Este estudio viene a demostrar que mediante la realización de varias pruebas clínicas, parámetros metabólicos del plasma sanguíneo y de parámetros genéticos, se puede detectar que la hipersensibilidad electromagnética es un problema de salud.
Ahora nos surgen las siguientes preguntas: ¿cuándo las empresas de servicios, tales como las de telefonía móvil, redes wifi, etc. van a tener en cuenta los daños que la tecnología mediante el empleo de microondas produce en el cuerpo humano?; ¿ cuándo los servicios públicos de salud y las administraciones correspondientes van a tomar las medidas adecuadas para proteger a las personas de estos daños?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2005 decía lo siguiente:
La hipersensibilidad electromagnética (o electrosensibilidad, EHS)) se caracteriza por una variedad de síntomas no específicos y que difieren de unos individuos a otros. Son síntomas reales que pueden variar en intensidad. Cualquiera que sea la causa, la electrosensibilidad puede ser un problema serio de discapacidad para la persona que la padece. […] Para las personas con síntomas de EHS durante largos períodos de tiempo y minusvalía, las terapias deben ir dirigidas principalmente a la reducción de los síntomas y la discapacidad funcional. Esto debe hacerse en estrecha colaboración con un médico especialista cualificado ( para hacer frente a los aspectos médicos y psicológicos que producen los síntomas) y un higienista ( para identificar los factores del entorno que se sabe son los que tienen efectos adversos de relevancia para la salud del paciente).
El tratamiento debe de tratar de establecer una relación efectiva entre médico y paciente, ayudar a desarrollar estrategias para hacer frente a la situación y animar a los pacientes a volver a trabajar y desarrollar una vida social normal”. 


FUENTE  



martes, 29 de septiembre de 2015

Los funcionarios escolares pueden ser personalmente responsable de exponer a los niños a la radiación inalámbrica

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Alerta de Wi-Fi: 
 Los funcionarios escolares pueden ser personalmente responsable de exponer a los niños a la radiación inalámbrica

http://www.naturalhealth365.com/wi-fi-radiation-electromagnetic-fields-lloyds-of-london-1356.html

(NaturalHealth365) Los distritos escolares, juntas escolares y funcionarios de salud médica escolares en Canadá han sido notificados de que Lloyd de Londres ahora ha excluido cualquier cobertura de responsabilidad civil por los daños, "directa o indirectamente derivados de, resultantes de o contribuido por los campos electromagnéticos, las radiaciones electromagnéticas , electromagnetismo, ondas de radio o ruido. "Esto incluye la radiación de radiofrecuencia que emiten de Wi-Fi y otros dispositivos inalámbricos en las escuelas.
El 18 de febrero de 2015, el agente del Reino Unido para declaró: "la exclusión de los campos electromagnéticos de Lloyd (Exclusión 32) es un Exclusión General de Seguros y se aplica en todo el mercado como estándar. El propósito de la exclusión es excluir cobertura para las enfermedades causadas por la exposición a radiación continua a largo plazo no ionizante es decir, a través del uso del teléfono móvil ".

Lloyd de Londres entiende los peligros de la radiación Wi-Fi

Esta decisión es importante porque Lloyd de Londres, una de las mayores compañías de seguros del mundo, a menudo es líder en materia de protección al asumir riesgos que nadie más lo hará. Pero, la decisión no es sorprendente, ya que Lloyd se negó a cubrir los fabricantes de teléfonos móviles contra los riesgos para la salud de los usuarios hace más de una década en 1999.
¿Qué (exactamente) son los riesgos asociados con la radiación Wi-Fi?
En 2011, la radiación de radiofrecuencia Organización Mundial de la Salud designado del tipo que emiten los dispositivos Wi-Fi sea una "clase 2B posible carcinógeno humano. ' Muchos expertos independientes creen ahora que esta clasificación resta importancia a los peligros significativos planteados por la tecnología inalámbrica - especialmente si tenemos en cuenta los miles de estudios revisados ​​por pares, no financiados por la industria por científicos y expertos médicos que muestran que la radiación Wi-Fi es perjudicial, especialmente para los niños .
Nota del editor: Si desea ver más información sobre este tema - echa un vistazo a nuestras secciones sobre la contaminación del EMF ; peligros inteligentes metros y el llamado "NaturalHealth365 Podcast tecnología Wireless: Los riesgos de seguridad y los peligros expuestos ".

Se acabó el debate: Wi-Fi radiación causa graves problemas de salud

De acuerdo a profesor asociado Olle Johansson, del Departamento de Neurociencia en el Instituto Karolinska de Estocolmo "el debate ha terminado". Él dice, "el espectro de posibles problemas de salud derivados es extraordinariamente amplia -. De los tumores cerebrales y leucemia hasta el agotamiento, disminución de la memoria y la concentración y sólo sentirse incómodo"
Profesor Johansson continúa diciendo, "Los límites de radiación permitidos en todo el mundo son una locura, por decir lo menos. Estamos hablando de valores hasta 1,000,000,000,000,000,000 (10 al 18) veces mayor que la radiación de fondo de la naturaleza, a la que el cuerpo humano se ha adaptado a través de muchas de 100.000 años, y dentro de un par de décadas, todos hemos estado rodeados de niveles bíblicos de radio-ondas artificiales, así sabiendo que tienen un gran impacto en la salud humana y animal ".

Las escuelas de todo el mundo están despertando a los peligros de Wi-Fi

Universidad de Princeton acaba de sacar su declaración de posición sobre la seguridad inalámbrica de su sitio web después de los padres expresaron su preocupación de que la información de Princeton era "anticuada e inexacta." A principios de este año, Francia prohibió Wi-Fi en las guarderías. Además, las escuelas en Alemania, Austria, Israel y Australia han tirado del enchufe en Wi-Fi por completo.
¿Cuáles son las mejores formas de protegerse contra la radiación Wi-Fi?
Aquí hay algunas maneras sencillas para protegerse de la radiación Wi-Fi :
  • Instalación eléctrica permanente conexión a Internet: Utilice un cable Ethernet para la conexión a la computadora para evitar exposiciones a la radiación de radiofrecuencia. Recuerde desactivar la función de conexión Wi-Fi gratuita en su ordenador una vez que tenga una conexión Ethernet.
  • Apague el router: Si mantiene su router Wi-Fi - apagarlo por la noche y cuando no lo esté utilizando.
  • Mantenga su distancia: Mantener alejado de su ordenador al descargar grandes cantidades de datos en Wi-Fi.
  • Teléfono celular Wi-Fi: Activa el Wi-Fi en su teléfono celular sólo al acceder a WiFi. De lo contrario, apáguelo.
  • Cuidado con Wi-Fi: Limit, tanto como sea posible, el tiempo que pasa en lugares con Wi-Fi como, cafeterías y otros lugares públicos.
Por último, he aquí algunos otros pasos que usted puede tener en cuenta para proteger su salud.
Si usted es un padre, convertido en un defensor de su escuela los niños y en su vecindario. Haga oír su voz si se enteró de las torres de celulares subiendo en su vecindario. Estos son grandes fabricantes de dinero para las empresas de telecomunicaciones, pero el dinero no vale la pena los riesgos para la salud.
Las compañías de seguros han comprendido los riesgos asociados con la radiación Wi-Fi. Asegúrese de que tiene demasiado y sigue los consejos de arriba para protegerse y proteger a su familia tanto como sea posible.
Sobre el autor: Lloyd Burrell es el fundador de ElectricSense.com . Su página web ofrece soluciones para el creciente número de personas cuya salud está siendo comprometida por la exposición a las tecnologías inalámbricas y similares. Descargue su informe libre EMF Salud hoy!


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domingo, 17 de mayo de 2015

las conexiones wifi y la salud de nuestros hijos

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¿Están las conexiones wifi afectando a la salud de nuestros hijos?


En Francia están prohibidas las conexiones wifi en guarderías y centros escolares. Algunos expertos nos dicen que debemos hacer lo mismo en otros lugares.

Por Florence Waters, 9 de mayo de 2015 

 
Hace seis años, la Dra. Erica Mallery-Blythe se fue a vivir a otro país, dejó de llevar teléfono móvil y sacrificó su carrera en medicina de emergencia para dedicarse a un nuevo tema de interés médico: las radiaciones emitidas por las conexiones Wifi, los móviles y otros dispositivos inalámbricos.
Ahora es una de los pocas asesoras profesionales del país sobre cómo afectan las ondas de radiofrecuencia (RF) y otros campos electromagnéticos (CEM) a la salud.
Llevaba usando dispositivos inalámbricos desde mucho antes que la mayoría de las personas los usase. Me encantaban”, dice Mallery-Blythe, que empezó a usarlos desde que apareció esta tecnología, en 1985, cuando le entregaron su primer teléfono móvil, a los 10 años. “Pero pronto empecé a empaparme con la literatura relacionada con los campos electromagnéticos y enseguida me di cuenta de lo que era obvio”, dice en lo referente a su decisión de renunciar a los aparatos de tecnología inalámbrica.
No estaba dispuesta a correr este tipo de riesgo por una cuestión meramente práctica”. 
 
Su interés por los Campos Electromagnéticos comenzó en el año 2009, después de que notase la aparición de algunos síntomas, tales como dolores de cabeza, fatiga y palpitaciones, y otras más graves de las que había oído hablar, como tumores cerebrales en los jóvenes, problemas de fertilidad y el agravamiento de enfermedades neurológicas, como un inicio más temprano del Alzheimer o más casos de autismo. Hasta el momento no existen evidencias científicas que relacionen estas enfermedades con las radiaciones, pero Mallery-Blythe se encuentra entre ese no pequeño número de científicos y profesionales que están interesados por estos estudios y destacan la importancia de tomar medidas de precaución.
En los últimos años, las conexiones wifi, el uso de ordenadores portátiles y iPads, se ha convertido en algo corriente en las aulas de los centros escolares, y Mallery-Blythe dice que cientos de familias han solicitado su ayuda en lo que ellos creen son enfermedades y problemas de salud relacionados con los campos electromagnéticos.
Uno de estos casos es el de la niña de nueve años de edad Jessica Lewis. En el otoño de 2011 comenzó a quejarse en la escuela de fuertes dolores de cabeza. Además, se sentía excesivamente cansada, con la aparición de erupciones en las piernas y sus padres decían que parecía estar completamente exhausta después del colegio, sobre todo los lunes. Una búsqueda en Internet les puso en contacto con otros padres que describían síntomas similares en sus hijos después de que hubiesen instalado conexiones wifi en el colegio.
Sin embargo lo ignoramos, pues por entonces no sabíamos nada del wifi. No sabíamos si la escuela lo tenía o no”, dice el padre de Jessica, Paul Lewis.
Más tarde, cuando acudimos al colegio, nos dimos cuenta de que había un router wifi cerca del pupitre de Jessica. Resulta que el lunes era el día de la semana en el que toda la clase trabajaba con los ordenadores portátiles.
Cuando consultamos con el médico de cabecera, éste hizo recaer las sospechas en el wifi sobre los posibles problemas de salud de Jessica, y se puso en contacto con el centro escolar en Doncaster para que se utilizasen cables en lugar de conexiones wifi, incluso ofreciéndose a pagar el gasto del cambio de las conexiones.
Sin embargo, la escuela argumentó que según las normas aprobadas por el Gobierno relativas a exposición a campos electromagnéticos, se cumplían con las aceptadas internacionalmente. Estas normas fueron revisadas en 2011 y siguen estando vigentes hoy en día. “No creemos que las pruebas científicas disponibles sobre radiofrecuencia hayan cambiado, de modo que nuestra posición son las establecidas por los Servios de Salud Pública de Inglaterra, y no vemos ninguna razón para que no puedan seguir utilizándose las conexiones wifi en los centros escolares y otros lugares”, dijo el Dr. Simon Mann, del Departamento de Protección de la Salud.
Y es que simplemente no suman”, dice Lewis. Ahora Jessica recibe su educación en casa, a pesar de su frustración. Cada vez que está expuesta a conexiones Wifi reaparecen los síntomas.
El pasado mes de febrero, la Compañía que asegura a las escuelas, Lloyd de Londres, ha empezado a excluir la cobertura por responsabilidades por daños causados, “resultantes o en los que hayan contribuido los campos electromagnéticos, la radiación electromagnética, el electromagnetismo, ondas de radio o el ruido”, lo que significa que las autoridades escolares se tienen que hacer responsables por los daños producidos por exposición de los niños a radiación de microondas.
El Gobierno está a la espera de que los directores decidan si merece la pena o no correr este riesgo frente a los beneficios de su uso. Es algo que me parece injusto. Ni siquiera la mayoría de los profesores saben que las ondas de radiofrecuencia están clasificadas actualmente por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como un carcinógeno en el grupo 2B, lo que significa que probablemente sean cancerígenas para los seres humanos. Hay mucha literatura publicada que documenta los efectos nocivos sobre los diferentes sistemas biológicos. Pero la mayoría de la gente parece no tener tiempo para leer y digerir todo esto”, dice Malley-Blythe.
Además de fundar Iniciativa de Médicos por la Salud frente a la Radiación y el Medio Ambiente (PHIRE) para informar a los médicos sobre estas cuestiones y asesorar sobre las mejores prácticas relacionadas con la salud, Mallery-Blythe da charlas a los profesores de todo el país, a los que presenta los estudios científicos que revelan los efectos a largo plazo por la exposición a los Campos Electromagnéticos. Una de estas charlas ha tenido más de 15.000 visitas en Youtube desde el pasado mes de noviembre. Es un resumen de los temas que preocupan a los científicos: “Trato de ofrecer aquella información que las autoridades no dan”, dice Mallery-Blythe.


Especialmente revelador es la gran cantidad de falsas ideas que tenemos sobre las seguridad radiológica y que Mallery-Blythe se propone acabar con ellas. A una cierta distancia de un router wifi se puede reducir la intensidad de la radiación, por ejemplo, pero la exposición a bajas intensidades ha demostrado que pueden ser más perjudiciales que la exposición a campos de mayor intensidad.
La gente piensa que sus hijos están más seguros por estar más lejos del router, o que no tienen que preocuparse del teléfono móvil porque se encuentra lejos del cerebro. Parece algo de sentido común, pero por desgracia ahora sabemos que eso no es del todo cierto”, dice, asegurando que el cerebro está mejor protegido que algunas otras partes más vulnerables del cuerpo.
¿Están haciendo las autoridades sanitarias muy poco en este asunto? “El principal problema es que su postura es contradictoria. Emiten advertencias diciendo que los niños menores de 16 años no deberían usar teléfonos móviles excepto en llamadas esenciales, pero están muy contentos de su plan de ordenadores portátiles en las escuelas (en España Red XXI), a pesar de ser más peligrosos que los mismos teléfonos móviles”.
El Profesor Asociado Olle Johansson, neurocientífico del Instituto Karolinska de Suecia, compara poner un iPhone cerca de la cabeza de un niño a ponerle cerca de varios motores de un tren eléctrico, señalando que el trabajo con los motores eléctricos es la fuente de mayor exposición profesional a campos electromagnéticos en Suecia
Johansson ha estado investigando los efectos biológicos de la ondas de radiofrecuencia (RF) durante más de 30 años, pero dice que actualmente es muy difícil conseguir financiación. “Dada la importancia de este tema, yo diría que es bastante enigmático”.
Predice un cambio de paradigmas en los referente a los campos electromagnéticos. Actualmente vivimos en un entorno con una radiación estimada en más de 10 mil millones de veces la existente en los sesenta. “Si este entorno es seguro, cuando estamos hablando en torno a unos 15.000 a 25.000 trabajos publicados en revistas científicas y revisados por pares que dicen lo contrario, entonces es que estamos muy equivocados. Algo que nunca había ocurrido con anterioridad. Nos gustaría que se tomasen medidas de precaución, y no las estamos viendo”. 

 
Wifi en casa: consejos de la Dra. Erica Mallery-Blythe
  • Mantenga su teléfono móvil apagado y no lo utilice a menos que lo necesite. Guárdelo en modo avión cuando esté encendido y nunca lleve el móvil cerca de su cuerpo, incluso en modo de espera.
  • No utilice el wifi para las conexiones a Internet. Utilice en su lugar cable Ethernet y compre un router que no tenga capacidad inalámbrica o desactívelo. Desactive el Wifi de su ordenador o tablet mediante la desactivación de la tarjeta inalámbrica por medio del panel de control o póngalo en modo avión.
  • Reemplace los teléfonos inalámbricos por teléfonos de cable. La mayoría de los teléfonos inalámbricos emiten radiación, estén o no en uso. 


Antecedentes
El pasado mes de febrero, el Gobierno francés prohibió las conexiones wifi en las escuelas infantiles y ha restringido su uso en las escuelas de Educación Primaria. El Gobierno alemán ha recomendado que se evite en la medida de lo posible el uso del wifi en los lugares de trabajo y en el hogar. Ha reducido la exposición de los estudiantes 10.000 veces por debajo del estándar establecido por el Gobierno de Estados Unidos.
En el año 2000, un Informe encargado por el Gobierno llegó a la conclusión de que ningún centro escolar debe estar a menos de 100 metros de una antena de telefonía móvil; en 2007 un programa de la BBC mostraba que la radiación junto a un ordenador portátil de una escuela era el doble que la radiación recibida de una antena de telefonía móvil situada a 100 metros de distancia.
Un niño de cinco años de edad recibe hasta un 60% más de radiación que un adulto, debido a que su cráneo es más delgado y tiene en su cuerpo un mayor contenido en agua. En los países occidentales los tumores cerebrales superan a las leucemias como la causa más común de cáncer en los niños.
Un estudio de 2008 descubrió que se ha producido un aumento en cinco veces el riesgo de glioma ( una forma de cáncer cerebral, ahora reconocido por la Organización Mundial de la Salud como vinculado al teléfono móvil) en los jóvenes que empiezan a utilizar el teléfono móvil con menos de 20 años de edad, lo que indica que la edad a la que se empieza usar el móvil es muy significativa.
Las escuelas y padres pueden encontrar más información en: ssita.org.uk
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